sábado, 16 de abril de 2011

Ojo con los traidores

Hoy en día atestiguamos un ataque a las instituciones educativas emanadas del lopezobradorismo. El IEMS y la UACM. Es muy curioso que :
1.   provengan de gente que no trabaja, aunque vive a expensas de la institución (Raúl Pérez, Esther Orozco).
2.  se den en víspera de elecciones.
3.   sucedan casi simultáneamente.
Nos referiremos al caso de las escuelas de bachillerato, que es el que conocemos. Dañar aquello que dicen defender es más que la diablura de un lidercillo enloquecido: es algo muy grave, pues aunque fuese cierto, el papel de un secretario de sindicato no es desprestigiar a los trabajadores que representa. Pérez no sólo acusa a las autoridades, también a sus agremiados, de ser corruptos al dar calificaciones sin una evaluación objetiva –lo cual ni siquiera se molesta en demostrar.
Cuando infama a la institución, mordiendo la mano de la que come y amén de no tener razón, favorece a los defensores de la reforma educativa implantada a rajatabla en las escuelas públicas. Defiende la perspectiva de sus aliados panistas de patrocinar una educación de baja calidad, además de agobiar a los profesores con colosales cargas de trabajo burocrático que no se paga.
Pongámosle nombre al niño: en el Colegio de Bachilleres, los profesores dan tres horas de clase y sólo les pagan dos; a los nuevos, además, se les dan contratos que impiden la basificación (ya en esto estamos igual) y se les condiciona para que hagan todo tipo de trabajo extraclase (incluso en fin de semana o cuando se le antoje a la autoridad). Además los evalúan gentes de fuera que nada saben de lo que pasa en el salón de clase y además les van a imponer exámenes departamentales, elaborados por un grupo de notables de talante empresarial que van a asegurarse de que la educación sea para la maquila -esta es la educación por competencias y a la que llaman de calidad.
Dime con quién andas y te diré quién eres: Raúl está ideológicamente muy cerca de los panistas, esa bola de mochos analfabetas que como él no tienen ya no digamos calidad moral o los argumentos científicos --ni siquiera racionales-- para argumentar contra el sistema educativo de las prepas lopezobradoristas.
Se ve claro que la campaña es política y que los dirigentes del SUTIEMS, además de charros son panistas. Lo menos que se merecen es una arrastrada en ese debate que nunca aceptaron y ahora piden a gritos. A ver quién les hace caso.

jueves, 2 de diciembre de 2010

AHORA RESULTA…

Después de …

·       Formar una camarilla con líderes sindicales dinosáurico-izquierdistas que trajo consigo los mismos vicios que aquejaban a sus sindicatos de origen.
·       Acaparar todos los cargos sindicales
·       Reelegirse dizque para “defender mejor” a los trabajadores
·       Rechazar todas las propuestas de unión con el sitiems
·       Atacar sistemáticamente al IEMS desde todas las trincheras y desde el inicio de los tiempos
·       Obstaculizar el trabajo docente e impedir el egreso de estudiantes a punto de concluir sus estudios
·       Vigilar e insultar a sus propios compañeros pasando por alto cualquier principio de solidaridad ya no de clase, sino humana
·       Mostrar su profundo desprecio hacia nuestras preparatorias llamándolas pejeprepas
·       Difamar reiteradamente mediante periodicazos cobardes
·       Haberse aliado con lo más reaccionario de la política
·       Medrar  con una comisión que no ejercen (además ¿no habían dicho que no querían las licencias?)
·       Pasar ya tres años sin estar frente a grupo, como muestra de su alergia al trabajo (aunque quizá así dañen menos directamente a la juventud).

Ahora resulta que Raúl y compañía …
·       encabezan la defensa del iems
·       son los paladines de la legalidad
·       invitan a los hermanos proletarios a la unidad


No cabe duda, perro viejo no aprende trucos nuevos…

 

domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuánto nos cuesta mantener al SUTIEMS

Transparencia sí, pero sin mostrar cuotas sindicales
http://www.milenio.com/node/573727


Públicos, los datos sobre el dinero que manejan las agrupaciones, afirma. Los trabajadores destinan 0.5 por ciento de su sueldo al gremio, detalla.

Martes, 09/11/2010 - 06:05

México.- El dirigente del Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal (Sutiems), Raúl Pérez Ríos, afirma que el costo del contrato colectivo que rige su relación laboral con el gobierno capitalino representa casi 90 por ciento de los 630 millones de pesos destinados en 2010 a salarios, prestaciones y prebendas varias, y que sus 816 agremiados no tienen por qué transparentar a la sociedad el uso y destino de sus cuotas sindicales.

“No es dinero público, sino parte del salario ganado por el trabajador”, manifestó en entrevista con MILENIO.

El contrato colectivo de trabajo firmado entre el GDF y el Sutiems el año pasado contiene cláusulas que obligan a la autoridad a entregar a los trabajadores diversos insumos: equipos de seguridad, batas, botas y equipamiento vario, entre otros.

Acerca de la reforma que la legislatura local contempla en materia de transparencia, el líder concedió que los recursos públicos que manejan los sindicatos sí deben transparentarse, pero de igual forma defendió que en materia de cuotas sindicales no debe haber información a la sociedad. 
“Estamos de acuerdo con que se transparente varios temas: la normatividad interna de los sindicatos, estatutos, número de afiliados y el contrato colectivo de trabajo, pero sólo eso. El manejo de las cuotas sindicales es interno y sólo le rendimos cuentas a los afiliados, pues son ellos los que aportan ese dinero para el funcionamiento del sindicato”.

Pérez dijo que el uso y destino de las cuotas sindicales los deciden los trabajadores en asamblea general. Un ejemplo son los apoyos financieros o en especie que el Sutiems entrega a movimientos sindicales de mineros y electricistas.

Por estatutos del sindicato, cada quincena el GDF descuenta a cada uno de los trabajadores —216 administrativos y 600 académicos— 0. 5 por ciento de su sueldo base por concepto de su cuota sindical.
Adicionalmente, el contrato colectivo vigente obliga al GDF a proporcionar al sindicato el costo de su renta mensual de las oficinas que ocupa en la colonia Juárez, que es de 90 mil pesos al año, así como los 120 mil pesos anuales por concepto de recreación, cultura y educación de sus agremiados, sin contar el pago de la licencia sindical con goce de sueldo de los 18 integrantes de la dirigencia. 

Pérez dijo que la dirigencia del anterior Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del DF (2007-2009), a quien le ganaron la titularidad del contrato colectivo, hacía un uso discrecional de los recursos y da ejemplos.

“En información solicitada vía transparencia encontramos que un acto deportivo de futbol tuvo un costo de 60 mil pesos.” 

Opacidad causa suspicacia: Info-DF

••• Los sindicatos son sujetos obligados a rendir cuentas por la Ley de Transparencia, de lo contrario provocan suspicacias sobre el uso y destino de los recursos que se le entregan, advirtió el comisionado del Info-DF, Jorge Bustillos.

Hay sindicatos que se niegan a dar cuenta del uso y destino de los recursos públicos que reciben, esas resistencias son las que hay que desterrar, al menos del Distrito Federal. La transparencia es una virtud que hay que alimentar y no mantener en la oscuridad el uso de recursos públicos. Además, es necesario que los gremios se sometan a la Ley de Transparencia y eso involucra informar sobre el monto de cuotas, lista de miembros, pagos a los comisionados sindicales, así como dar a conocer los montos que reciben por acuerdos y convenios con el patrón gubernamental”, dijo.

(México • Carlos Gutiérrez.)
Francisco Mejía

jueves, 4 de noviembre de 2010

LA ÚLTIMA DE RAULITO

Cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde. Los refranes reflejan el sentido común, pero a veces se quedan cortos, porque la realidad rebasa a la sensatez. Hoy, al llegar al plantel Tlalpan 1, nos encontramos con que lo que no está registrado en el dicho popular, acababa de suceder: la perra se mordía a sí misma.
Así es: había en nuestros correos una serie de artículos tomados de periódicos como Reforma, el Metro, etc., en los que la dirigencia del SUTIEMS atacaba el trabajo de sus propios afiliados. En una calumnia más, Raúl Pérez (¿El señor Pérez?), siniestro personaje al frente de esa organización, hablaba por los maestros del IEMS afirmando que en el Instituto imperan la corrupción y la falta de trabajo; que profesores y autoridades, en contubernio, alteraban las evaluaciones para dar una fachada de mejoría, en una institución que se está yendo a pique; que los estudiantes sólo permanecían en la institución porque se les daba una beca, no porque fueran a estudiar.
No vamos a descalificar a alguien que, por sí solo es una muestra de la profunda crisis por la que atraviesa la institución. No es necesario decir que este sujeto y su camarilla hace ya más de dos años que no se paran frente a un grupo. Sugerimos en cambio, que se tome en cuenta cómo la dirigencia de un sindicato que se dice de izquierda ataca a un proyecto de izquierda.
Baste para ello señalar que este sujeto que no trabaja, que vive de la creación artificial de conflictos (pues ha descubierto que dirigir movimientos de trabajadores puede llegar a ser muy redituable), se arrima con Reforma, un diario de derecha, para embestir al proyecto IEMS, un modelo que codo con codo, los que sí trabajamos, hemos ido construyendo durante años.
No vamos a decir nada, de momento.
Cedemos la palabra a un estudiante, egresado del sistema de nuestras preparatorias que, cualquiera con dos dedos de frente (o que simplemente sepa leer) entendería que es a ellos a quienes les dice: “… ya basta de atacar lo que tenemos para destruirlo y manipularlo a nuestros intereses propios”. Se los dicen y ellos como si nada. Hasta lo exhiben, como supuesto apoyo a sus tonterías.
Atte.
S.s.s. los integrantes de La Orquestitita

viernes, 15 de octubre de 2010

REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS INSTITUCIONAL EN EL IEMS, COMO LO HEMOS VISTO CON NUESTROS PROPIOS OJOS



El IEMS, un proyecto de origen popular, iniciado durante el gobierno de CCS, y luego seriamente estructurado bajo el gobierno lopezobradorista, se fue pervirtiendo con el paso del tiempo. Los diferentes Directores que no mostraron interés en mejorarlo, inclinándose más por el pragmatismo político y la burocratización del sistema.

Surgió entonces un movimiento sindical de base que demandaba justamente los derechos que el gdf regateaba.

Se dieron luchas y se conquistaron los reconocimientos del SITIEMS y posteriormente del SUTIEMS, el primero compuesto sobre todo por administrativos; el segundo, por docentes. Ése fue el primer error: dividir la lucha de los trabajadores.

Los sindicatos peleaban por la titularidad y ofrecían las perlas de la virgen. La guerra estuvo a la orden del día.

En este contexto, la autoridad dio juego político primero al sitiems y luego al sutiems, con propósitos a todas luces de control e injerencia.

Así empezó la confusión. Los trabajadores, desconfiando unos de otros –quizá algunas veces con razón- iniciaron luchas intestinas absurdas, donde la defensa de los derechos legítimos pasó a segundo plano mientras que la intriga, la grilla y los odios personales pasaron a primero.

Esto fue aprovechado por la autoridad para imponer un plan que vulnera las condiciones de trabajo. La propia autoridad ha alimentado los enfrentamientos entre los trabajadores, quizá con el posible fin de desconocer en un futuro a los contendientes mientras avanza su reforma laboral. Esto pone en puerta la posible liquidación del auténtico sindicalismo como ya ha sucedido con otras instituciones.

La historia se repite: la primera vez sucede como tragedia (Cananea, Mexicana de Aviación, Luz y Fuerza del Centro); la segunda como comedia (IEMS). En aquellas instituciones, los trabajadores enfrentaban condiciones realmente depauperadas, producto del neoliberalismo. Trabajaban en condiciones que volvían estériles sus esfuerzos. Se alegó improductividad y se cerró la fuente de trabajo. Los trabajadores no pudieron más que contestar con lo que tenían: el derecho a huelga y la movilización… acá percibimos un sueldo envidiado por el resto de los sistemas. Producimos aproximadamente un estudiante por DTI. Sin embargo, hacemos huelga porque percibimos unos sueldos de miseria, como los llaman algunos representantes sindicales, y a últimas fechas estamos parando las escuelas a cada rato porque nuestras condiciones de trabajo -a decir de los mismos- son deplorables: porque no nos dan fotocopias, porque se descompuso la impresora, porque la autoridad local nos es antipática o porque suspendieron el correo interno. Aunque estas demandas tengan en parte razón de ser, resulta nefasto dejar de lado por ello la lucha por reivindicaciones laborales realmente importantes como son: clave de base para las plazas; reconocimiento de antigüedad, donde la representación sindical en vez de ayudar ha sido un lastre; integración salarial, pues un salario base de 6 mil, impacta directamente las posibilidad de una pensión y prestaciones dignas como los préstamos para vivienda, así como el peligro inminente de que el salario real baje, pues no está legalmente reconocido. En todo esto ha faltado un análisis serio por el sindicato.

Un resultado objetivo de esta política institucional, aunado a la falta de análisis serios por nuestro sindicato, es el divisionismo, cuyo ejemplo más claro es el caso de Tlalpan 1:

Cuando el SUTIEMS llegó a Tlalpan 1, varios profesores nos unimos a él porque creemos en la lucha sindical. Nos unimos por solidaridad, y porque en esos momentos las condiciones laborales eran de una inestabilidad indignante. Trabajamos en la elaboración del EPA, contribuyendo codo a codo con gente de la que no se veía muy bien bajo qué intereses actuaban (después se vio que era el interés de figurar, de agarrar hueso, etc.). Mientras esto hacíamos, el grupo que ahora se ha apoderado del sindicato llegaba al plantel --cuando parábamos para exigir que se derogaran los lineamientos de asistencia y puntualidad--, se paraban a vernos y se reían de nosotros. Ahora presumen que lo ganado se debe al Sindicato, como si ellos hubiesen sido parte de aquellas luchas.

Viendo que ni así lograban debilitar la voluntad, fueron poco a poco minando la unidad del sindicato y para ello tomaron como bandera los ataques a la coordinadora, resultado de envidias justificadas o no, viejas rencillas, y odios personales, acusaciones no probadas hasta hoy, consiguiendo aglutinar a algunos trabajadores que perdieron los objetivos esenciales de la lucha. Los representantes del plantel fueron también mareados por el pequeño grupo antedicho, que finalmente decidió entrar en masa al sindicato (una masilla de alrededor de 15 personas) apoderándose del SUTIEMS Tlalpan 1. Ante esto y los desatinos de los representantes, muchos afiliados sensatos decidieron abandonar la agrupación. Otros simplemente se han mantenido al margen hasta quedar la sección con una fuerza de reducida a menos de la mitad, dejando a todos los trabajadores en la indefensión laboral.

Ante el éxodo de afiliados, los representantes recurrieron al clientelismo. Por ejemplo: defendiendo causas indefendibles con trabajadores que, violando reglamentos, gracias a su auxilio lograron evitar la sanción. Además, el susodicho grupo buscó hacer más ruido magnificando problemas de poca monta. Y en su afán por no quedarse solos empezaron a prometer nuevas plazas y basificación de las existentes, sin haber seguido el proceso legal ni político para lograrlo, lo que evidencia su falta de seriedad. Últimamente han intentado manipular a los estudiantes, utilizando viejas banderas, como la necesidad de espacios deportivos, y dejando de lado cuestiones como la reformulación de la currícula y programas de calidad en nuestra institución.

La dirigencia del sindicato se corrompió. Se corrompió porque se dio cuenta de que estar al frente deja beneficios. Utilizando permisos sindicales para provecho propio, buscan el disfrute de privilegios y canonjías a cambio de no hacer un trabajo serio en la lucha por nuestros derechos.

Ante todas las anomalías anteriores se organiza “La Orquesta”, que no es ni un grupo de choque, ni a las órdenes de la Coordinadora, ni nada equivalente, como pretende hacerlo creer el grupo que se apoderó de nuestro sindicato. La Orquesta surge como un grupo de análisis y defensa del sentido común y la racionalidad, porque no se puede defender al trabajador y a su fuente de trabajo con una estrategia oportunista y carente de valores éticos. Surge ante la falta de democracia ya no sólo a nivel local, sino en todas las estructuras del sindicato, por parte de aquellos que se han reelegido ya dos veces y cínicamente afirman que es porque ellos sí saben cómo hacerlo (lema de la campaña zedillista, cuyos resultados sufrimos). Este grupo ya había venido trabajando, y podemos corroborar su activismo sindical en la formulación por parte de los trabajadores del EPA, en los paros para anular lineamientos de puntualidad y asistencia (que ganamos mientras ellos se mofaban de nuestra lucha), y en el análisis y crítica del Plan Bazán, que hasta la vez no se ha detenido porque nuestros representantes estaban muy ocupados pretendiendo reelegirse por segunda vez.

Aunque nos parezca superfluo por lo mentiroso de la comparación, señalamos que equiparar la orquesta a la mafia siciliana -como lo hacen nuestros denostadores- no los vuelve a ellos revolucionarios sólo por el lenguaje que utilizan, sino que se reafirman como los mismos oportunistas de siempre.

El sindicato -este grupo vergonzante- ha tratado de criticar, pero su crítica se ha reducido a denostar: por ejemplo, poniendo apodos –dizque musicales- a los miembros del grupo, pero sin aceptar el debate respecto a la verdadera defensa de nuestros derechos.

Somos La Orquesta porque este nombre manifiesta mejor nuestra idea de democracia, en la que se armonizan las diferencias para la defensa de nuestros derechos. Repudiemos la intolerancia y el hostigando a los que piensan distinto, mediante el Santo Oficio de la “Comisión de Honor y Justicia” sindical, que suspendió en sus derechos a compañeros que se atrevieron a practicar la democracia en sus delegaciones, cambiando a líderes que ya no eran representativos del interés de los trabajadores. 

Repudiamos la grilla que nos denigra a todos como individuos y como colectividad, y que hace a dirigentes sindicales llamar pejeprepas a una institución de la que –si hacemos bien nuestro trabajo- debemos enorgullecernos, denigrando además a uno de sus principales impulsores: Andrés Manuel López Obrador. ¿Acaso lleva esa expresión fines políticos? De ser así ¿quién está atrás de estas difamaciones?

La Orquesta, aclaramos, no está contra la movilización legítima de los trabajadores en la defensa de sus derechos. Pero tampoco creemos que sea un derecho legítimo atacar a alguien sólo porque nos cae mal, sin razones ni argumentos demostrados. Como señalamos, antes ya estuvimos en el sindicato y aportamos nuestro trabajo y nuestra buena voluntad, pues sabemos lo que significa ser sindicalistas. Por eso nos oponemos a la farsa que estos malos comediantes han montado, en sus intentos oscuros de arrastrar al Instituto a un hoyo que quién sabe a qué intereses estén sirviendo.

Iniciamos ya –y difundiremos posteriormente- como grupo, un trabajo de análisis de la institución, condiciones laborales locales y nacionales, etc., porque sabemos que es lo que hace falta. Y convocamos a esos “sindicalistas” a que hagan lo mismo, a debatir y confrontar propuestas para sacar la más conveniente para los trabajadores. Esta es nuestra grilla: así suena la orquesta en la defensa de nuestros derechos ¿Qué dicen?

Usamos este lenguaje comedido para responder a los denuestos que han sido lanzados en nuestra contra y para mostrarles que no tenemos miedo. Pero con las palabras, van las ideas, que tan escasas andan por estos rumbos a la fecha. 

La Orquesta asume sobre todo, la responsabilidad de exigir a las autoridades cumplan su función en la solución de los muchos problemas que nos quejan y de los cuales hemos mencionado algunos. Y sobre todo, que se hagan responsables de la parte que les toca en esta situación que su inacción nos ha llevado: de una política seria y bien intencionada a la grilla barata, quizá con el propósito de dividirnos y avanzar en la reforma laboral neoliberal, con la ayuda de una dirigencia sindical que de izquierdista no tiene nada.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Sindicatos, cotos de poder individual: UNAM

Emir Olivares Alonso

Periódico La Jornada Martes 21 de septiembre de 2010, p. 18


El sindicalismo en México ha transitado por un esquema corporativo en el que los trabajadores perdieron a sus organizaciones gremiales y los líderes comprometieron sus intereses, aseguró José Alfonso Bouzas Ortiz, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante la mesa Movimiento sindical en la coyuntura, el académico indicó que los gremios se han convertido en cotos de poder donde ser líder sindical se convirtió en profesión, lo que perjudica sobre todo a los trabajadores y favorece a la patronal.

El investigador aseveró que debido a los cambios legislativos de los años 30 del siglo pasado se puso freno a las amplias libertades que la Constitución de 1917 dio al artículo 123.

Debido a esos cambios, a partir de que se es líder sindical, primero la muerte que la renuncia. Ser líder sindical se vuelve una profesión. Para que le damos vuelta, son muy pocos los sindicatos en que no dominó este esquema corporativo sobre la propia organización de los trabajadores. El líder gremial se convierte, en la historia de México, en un engrane muy importante en el aparato de gobierno y el empresarial. Éste negocia, concilia, compromete y a su vez controla a los trabajadores.
Ejemplificó con el caso de los telefonistas: Francisco Hernández Juárez llega a la secretaría general de ese gremio con la bandera de la no reelección y lleva más de 30 años en el puesto. Algo está pasando en las organizaciones sindicales que dejan de operar para los trabajadores y lo hacen en favor de las direcciones. Algo tenemos que hacer.
Dijo que hay varias tesis que implican riesgos para los sindicatos en el país, pues los consideran prescindibles por tres razones: el incremento del desem- pleo, la incapacidad de las organizaciones sindicales para encontrar alternativas y el fenómeno corporativo que pesa sobre los gremios desde su origen.

Por su parte, Genaro Arteaga Trejo, secretario de asuntos políticos del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, hizo un recuento del conflicto de este gremio con el Grupo México y el gobierno federal.

Arteaga confió en una solución positiva para su organización. Ya tocamos fondo en la represión por parte del gobierno y no nos han podido acabar. Nosotros a lo largo de los años seguiremos siendo mineros; sin embargo, al gobierno sólo le quedan menos de dos años. Vamos a resistir.