domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuánto nos cuesta mantener al SUTIEMS

Transparencia sí, pero sin mostrar cuotas sindicales
http://www.milenio.com/node/573727


Públicos, los datos sobre el dinero que manejan las agrupaciones, afirma. Los trabajadores destinan 0.5 por ciento de su sueldo al gremio, detalla.

Martes, 09/11/2010 - 06:05

México.- El dirigente del Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal (Sutiems), Raúl Pérez Ríos, afirma que el costo del contrato colectivo que rige su relación laboral con el gobierno capitalino representa casi 90 por ciento de los 630 millones de pesos destinados en 2010 a salarios, prestaciones y prebendas varias, y que sus 816 agremiados no tienen por qué transparentar a la sociedad el uso y destino de sus cuotas sindicales.

“No es dinero público, sino parte del salario ganado por el trabajador”, manifestó en entrevista con MILENIO.

El contrato colectivo de trabajo firmado entre el GDF y el Sutiems el año pasado contiene cláusulas que obligan a la autoridad a entregar a los trabajadores diversos insumos: equipos de seguridad, batas, botas y equipamiento vario, entre otros.

Acerca de la reforma que la legislatura local contempla en materia de transparencia, el líder concedió que los recursos públicos que manejan los sindicatos sí deben transparentarse, pero de igual forma defendió que en materia de cuotas sindicales no debe haber información a la sociedad. 
“Estamos de acuerdo con que se transparente varios temas: la normatividad interna de los sindicatos, estatutos, número de afiliados y el contrato colectivo de trabajo, pero sólo eso. El manejo de las cuotas sindicales es interno y sólo le rendimos cuentas a los afiliados, pues son ellos los que aportan ese dinero para el funcionamiento del sindicato”.

Pérez dijo que el uso y destino de las cuotas sindicales los deciden los trabajadores en asamblea general. Un ejemplo son los apoyos financieros o en especie que el Sutiems entrega a movimientos sindicales de mineros y electricistas.

Por estatutos del sindicato, cada quincena el GDF descuenta a cada uno de los trabajadores —216 administrativos y 600 académicos— 0. 5 por ciento de su sueldo base por concepto de su cuota sindical.
Adicionalmente, el contrato colectivo vigente obliga al GDF a proporcionar al sindicato el costo de su renta mensual de las oficinas que ocupa en la colonia Juárez, que es de 90 mil pesos al año, así como los 120 mil pesos anuales por concepto de recreación, cultura y educación de sus agremiados, sin contar el pago de la licencia sindical con goce de sueldo de los 18 integrantes de la dirigencia. 

Pérez dijo que la dirigencia del anterior Sindicato Independiente de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del DF (2007-2009), a quien le ganaron la titularidad del contrato colectivo, hacía un uso discrecional de los recursos y da ejemplos.

“En información solicitada vía transparencia encontramos que un acto deportivo de futbol tuvo un costo de 60 mil pesos.” 

Opacidad causa suspicacia: Info-DF

••• Los sindicatos son sujetos obligados a rendir cuentas por la Ley de Transparencia, de lo contrario provocan suspicacias sobre el uso y destino de los recursos que se le entregan, advirtió el comisionado del Info-DF, Jorge Bustillos.

Hay sindicatos que se niegan a dar cuenta del uso y destino de los recursos públicos que reciben, esas resistencias son las que hay que desterrar, al menos del Distrito Federal. La transparencia es una virtud que hay que alimentar y no mantener en la oscuridad el uso de recursos públicos. Además, es necesario que los gremios se sometan a la Ley de Transparencia y eso involucra informar sobre el monto de cuotas, lista de miembros, pagos a los comisionados sindicales, así como dar a conocer los montos que reciben por acuerdos y convenios con el patrón gubernamental”, dijo.

(México • Carlos Gutiérrez.)
Francisco Mejía

jueves, 4 de noviembre de 2010

LA ÚLTIMA DE RAULITO

Cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde. Los refranes reflejan el sentido común, pero a veces se quedan cortos, porque la realidad rebasa a la sensatez. Hoy, al llegar al plantel Tlalpan 1, nos encontramos con que lo que no está registrado en el dicho popular, acababa de suceder: la perra se mordía a sí misma.
Así es: había en nuestros correos una serie de artículos tomados de periódicos como Reforma, el Metro, etc., en los que la dirigencia del SUTIEMS atacaba el trabajo de sus propios afiliados. En una calumnia más, Raúl Pérez (¿El señor Pérez?), siniestro personaje al frente de esa organización, hablaba por los maestros del IEMS afirmando que en el Instituto imperan la corrupción y la falta de trabajo; que profesores y autoridades, en contubernio, alteraban las evaluaciones para dar una fachada de mejoría, en una institución que se está yendo a pique; que los estudiantes sólo permanecían en la institución porque se les daba una beca, no porque fueran a estudiar.
No vamos a descalificar a alguien que, por sí solo es una muestra de la profunda crisis por la que atraviesa la institución. No es necesario decir que este sujeto y su camarilla hace ya más de dos años que no se paran frente a un grupo. Sugerimos en cambio, que se tome en cuenta cómo la dirigencia de un sindicato que se dice de izquierda ataca a un proyecto de izquierda.
Baste para ello señalar que este sujeto que no trabaja, que vive de la creación artificial de conflictos (pues ha descubierto que dirigir movimientos de trabajadores puede llegar a ser muy redituable), se arrima con Reforma, un diario de derecha, para embestir al proyecto IEMS, un modelo que codo con codo, los que sí trabajamos, hemos ido construyendo durante años.
No vamos a decir nada, de momento.
Cedemos la palabra a un estudiante, egresado del sistema de nuestras preparatorias que, cualquiera con dos dedos de frente (o que simplemente sepa leer) entendería que es a ellos a quienes les dice: “… ya basta de atacar lo que tenemos para destruirlo y manipularlo a nuestros intereses propios”. Se los dicen y ellos como si nada. Hasta lo exhiben, como supuesto apoyo a sus tonterías.
Atte.
S.s.s. los integrantes de La Orquestitita